Las vemos en las manos de cantantes como Rihanna o Rosalía, de actrices como Blanca Suárez, Kylie Jenner y también en las manos de la cajera del super de al lado de  nuestra casa. Son sólo algunos ejemplos de personas que lucen uñas largas, puntiagudas o cuadradas, con diseños fantásticos y resistentes a casi cualquier cosa.

Y es que no es solo un tema de estética: en muchas ocasiones nos las ponemos para tener unas uñas más resistentes. Al igual que pasa con el cabello, hay épocas en las que nuestras uñas están más débiles y por lo tanto se rompen fácilmente. Esto puede ser por nuestra genética, por la mala alimentación o por abusar de determinados productos como esmaltes de peor calidad.

Da igual si el motivo es acudir a una fiesta de Navidad, a una  boda o porque quieres que tus uñas se vean largas (muchas personas que se las muerden acuden a estos sistemas para dejar de hacerlo). Lo que importa es que el resultado es espectacular.

Aunque sean similares, ambos tratamientos son diferentes por varias razones. Te contamos cuáles son las diferencias entre uñas acrílicas y de gel para que  elijas con cual de los dos tratamientos te quedas.

Diferencia nº1: el proceso

Las uñas acrílicas se crean mediante un polímero y un líquido especial. Al combinar estos dos elementos, creamos una masa resistente muy parecida al plástico duro. Así conseguimos crear unas uñas fuertes y resistentes y que no se quiebran.

Gracias a la técnica de las uñas acrílicas, podemos elegir la forma que queramos: si la queremos más corta, más larga, si la queremos cuadrada, puntiaguda o redondeada. 

Además de poder elegir entre una amplísima gama de esmaltes y técnicas de nail art. En el caso de que se nos rompan o queramos retirarlas es importante acudir siempre a nuestro salón para hacerlo, ya que si lo intentamos por nuestra cuenta podemos llegar a dañar nuestra uña natural.

Las uñas de gel se crean mediante la aplicación de un gel especial en nuestra uña, mediante un pincel para luego secarlo gracias a una lámpara led hasta que veamos que se crea una capa firme y resistente.

Así, se van aplicando varias capas hasta conseguir el resultado final, una uña resistente y sin asimetrías. La longitud de estas uñas es igual a la de la uña natural: lo que conseguimos es más  grosor

Una de sus ventajas es que el resultado final es bastante más natural que el de las acrílicas y con mucho más brillo.

Diferencia nº2: el resultado

Con ambos tipos se consiguen resultados maravillosos: unas uñas impecables que duran semanas.

Con el gel, las uñas parecen más gorditas (ya que aplicamos varias capas) y, aunque no podamos alargarlas, serán uñas resistentes a cualquier golpe.

Con las uñas acrílicas podemos conseguir la longitud que queramos y su resultado es más natural (son más finas) pero son más frágiles que las anteriores y tendremos que tener más cuidado con ellas para que no se rompan.

Diferencia nº3: la duración

Aquí radica una de las principales diferencias: las uñas de gel duran un promedio de uno o dos meses si rellenamos el hueco que va quedando mientras la uña crece.

Las acrílicas casi podríamos decir que son infinitas, pueden durar hasta seis meses si las vamos rellenando cada dos semanas o veinte días (dependiendo del crecimiento natural de nuestra uña).

Vistas las principales diferencias, la elección entre un método y otro queda en tus manos (nunca mejor dicho).

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